Las Guías de Práctica Clínica buscan mejorar la calidad en la atención a los pacientes, aumentando la seguridad de las decisiones clínicas. Lo consiguen ayudando a que los profesionales disminuyan la variabilidad en la toma de decisiones clínicas y comunitarias, soportando éstas en las mejores evidencias disponibles. No obstante, uno de los factores de gran importancia que suele estar menos desarrollado tiene que ver con la transferencia de este conocimiento a la práctica clínica para mejorar la calidad de vida de los pacientes. Por ello, para que las Guías de Práctica Clínica tengan mayor impacto en la población diana, se deben apoyar en guías resumidas de recomendaciones dirigidas especialmente a pacientes, familiares y cuidadores, que buscan mejorar la autonomía de la población en su autocuidado. En esta actividad formativa ayudamos a los profesionales clínicos en el diseño de guías rigurosas, claras y fáciles de comprender, adaptadas al lenguaje, expectativas y capacidades de los pacientes y cuidadores, y respetando el contexto particular donde se desea implementar.